Esperando que sea hora

En un rato tengo que ir a retirar al hijo de la escuela, estos días lamentablemente he estado de mal humor, no sé si por volver a la "rutina", o porque comienza a hacer frío, porque tengo los temores del parto, pero el que ha pagado los platos rotos es el hijo. Se olvida de traer la camiseta, no come la comida que le mando, se llena de tierra y de helado el único saco de uniforme que tiene, me desafía, se queda volando, se demora tres horas para vestirse y un par de horas más para comer, y ahora que estamos solos quiere dormir conmigo por las noches. La primera noche le dije que bueno, la segunda le dije que esa es la última noche esta semana, la tercera noche él duerme en su cama y yo me voy a dormir con él, mi pollo. Está extrañando mucho a su papá y esta separación ha sido muy cortita, pero creo que tanto tiempo juntos en las vacaciones le dejaron más acostumbrado a su presencia, mi pollo.

Veo las fotos desde el inicio de este año y en 9 meses ha crecido muchísimo, su cara, sus dientes grandes, el pelo rebelde, mi pollo.

Hoy le acompaño a una fiesta de fútbol por el cumpleaños de uno de sus mejores amigos y después le llevo a soplar las velas del cumpleaños de su amiga, ay mi pollo.