jueves, 30 de octubre de 2008

Es definitivo, ahora soy pueblerina

La ciudad favorita de muchos, sí me parece hermosa, los museos son impresionantes, el idioma que menos se escucha es el inglés, es fácil perderse entre las calles y encontrar otra parte hermosa, en fin es una ciudad que vale la pena conocer.

Pero aunque yo no tengo temor a las multitudes ni a los lugares cerrados, iban pasando los días y me sentía agobiada. Tanta gente, tanta gente, tanta gente, todos los días, a todas horas... será porque voy con un niño y la perspectiva cambia completamente, porque que a una sola la aplasten no es mucho drama, pero si tu hijo es aún pequeño, es otra cosa.  A diferencia de en mi pueblo donde los bebés y los niños pequeños dominan la panorámica, la parte turística de Londres es obviamente difícil para los pequeños... aunque en todas partes hay cosas para que ellos se entretengan... ir de un lugar a otro en metro es complicado y diría que con bebé casi imposible.... coche en esas gradas infinitas... uf! , por suerte el sistema de transporte público por estos lados es muy bueno  y los buses rojos te dan un respiro.

Al llegar a mi pueblo, sentí un alivio, la gente de pueblo definitivamente es más amable, me doy cuenta ahora sí que la vida sigue otro reloj, las horas tienen 90 minutos y la prisa casi no existe.

Que no quede la impresión de que no disfruté de nuestras vacaciones en Londres, pero fueron agotadoras, caminamos mucho, el Bernardo vio nieve por primera vez en su vida y fue feliz, algunas veces me quedé llena de colores mágicos, de reliquias tan antiguas frente a mis ojos, de gente tan diversa, de tantos idiomas, de tantas caras. 

6 comentarios:

  1. solo pasaba a saludarte un ratit, ya me voy a la radio jeje ya regreso más tarde a leerte besos!

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  2. Sí, tienes razón. Yo crecí en una ciudad-pueblo y mi niñez y adolescencia fueron inolvidables. Esa sensación de tener nombre propio; de reconocer a tus vecinos y ser reconocida por ellos; sentirte protegida por los demás aunque no fueran tus amigos; sentirte cobijada por lo cercano y conocido.

    Claro que la ciudad grande te da muchas oportunidades culturales, puntos de vista más amplios, posibilidades de otras culturas, costumbres,sabores,olores, etc. Pero para el Bernardo es una gran suerte poder pasar estos años en una ciudad chica. Aprovecen esas ventajas y disfruten del encanto de lo pueblerino.

    Abrazos y besos.

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  3. bien por ti!! yo soy de ciudad!! aunque reconozco el centro de Londres me enloquece....solo vivi 6 meses alli, despues me cambie por mi perro jaja, imaginate si tengo un nene...definitivamente las perspectivas cambian.
    Mi ciudad Chicago, la actual, es ciudad pero es tranquila relativamente.

    besos...ya veo porque no estabas!!

    Te extranaba!

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  4. Viniste y no mr avisaste!!! Jajaj, tranquila que yo pienso igual que tu, hoy fui al centro a comprar una cosa y llegué con los pelos de punta. Yo no monto en metro con Gabi ni amarrada, los buses son buenos pero van tan leeeento.Claro que a mí sí me gusta vivir en ciudades grandes, pero ensectores más o menos tranquilos (tampoco tranquilísimos, que se vea movimiento). Donde vivo me encanta por eso. Bueno pues la próxima vez que vengan ahí si nos visitan!

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  5. Adriana!!! ahí quedé pésimo!
    Pero hice tantos planes con mi amiga y la visa en medio de todo... que no pude ni cumplir. La próxima vez voy en plan relax.

    Yo también me considero de ciudad, algunas veces mi pueblo me mata, pero el llegar a la paz después de tanto movimiento me relajó como no se imaginan.

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  6. yo si soy bien pueblerina, no me gustan los centros comerciales, los lugares llenos de gente, los pitos de los carros grrr... Pero si hay chance de ir a Londres, pues de una!
    Hace mucho frio?..Esta bien dicho parece una noche londinense?

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Gracias por pasar, comentar y leerme!