lunes, 12 de septiembre de 2011

Cordial como yo

Después de vivir en carne propia la cordialidad a los peatones, ahora creo ser más consiente de eso cuando yo estoy al volante. 

Soy extremadamente escéptica y no creo que la acción de una persona cambie algo, pero sí creo que puede alterar en algo lo que sucede a continuación. Esto ya lo he vivido.

En una ciudad como la mía nadie, o casi nadie, cede el paso ni a los peatones ni a otro auto, casi todo el mundo maneja de forma agresiva y al estilo "de el más vivo". Yo tengo otra actitud. Paro casi siempre a los peatones (si están parados en algún lugar que va a causarme un accidente si paro, pues no), y cedo muchas veces a los otros conductores el paso. No me quita nada de tiempo, siento que evito congestión cuando el otro conductor por tratar de salir a una vía para el tráfico en la suya, y recibo muchas sonrisas. Me ha pasado que un poco más adelante, el mismo conductor me cede el paso a mí y los dos contentos :).

Cedo el paso en las puertas, retrocedo y sostengo la puerta para que salga otra persona y así, estoy en el extremo cordial....

2 comentarios:

  1. ¡Qué buen plan! De verdad que al recibir se aprende a dar... si no, que le digan los que luego te dan el paso a ti.
    ;)

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  2. Pienso que asi, poco a poco, con acciones sencillas como esas vamos por el camino correcto para cambiar el mundo.

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