domingo, 8 de mayo de 2011

Dos meses y va saliendo el sol?

Han pasado ya dos largos, eternos meses. El retorno ha sido mucho más difícil de lo que pensaba porque las dificultades vinieron por donde yo no me esperaba. Tengo tan claro el país en el que nací y me he criado... pero no tenía en claro como mi pequeña familia y yo habíamos cambiando en la isla. Al regresar en algunas cosas sentí mi cambio tan positivo pero en otras regresamos a viejas costumbres que odio. He tenido peleas con el marido y silencios eternos como no había sentido hace tiempo y muchos sentimientos que pensaba superados renacen con fuerza.

Además que al estar aquí siento una presión por dejar mi maternidad y empezar la "productividad". Huyo porque no es mi momento...

Llegué buscando el sol y la luz; pero junto con eso vinieron aguaceros reales y sentimentales imparables. Hace una semana dejó de llover, el aguacero sentimental continúa pero al menos comienzo a ver algunas soluciones para mi.

El estrés y todo me han traído como consecuencia que mi cuerpo se reviente. He pasado con migrañas, molestias y casi toda esta semana con una tensión y dolor indescriptible en mi cabeza, cuello y espalda. Mi cuerpo siempre se enferma cuando me siento mal y esta vez me azotó fuerte fuerte.

Y en medio de todo esto, sé de una noticia que me pone inmensamente feliz porque mi amigo, el artista y su adorable mujer, van a tener un bebé. Estoy feliz por ellos, triste por mí por no poder vivirlo de cerca... y porque ya no van a poder venir a visitarnos.... claro que ahora tengo un motivo importantísimo para vernos muy pronto.

Mis hijos son lindos.... y ver su cara hace que dentro de mi el sol no se apague.

1 comentario:

  1. Ay, Nadia. Cuánto lo siento. Los cambios siempre son complejos... e incluyen momentos de caos. Pero llegará la calma, de algún modo, así como baja la marea y así como sale el sol después de la tormenta. Suena a frase de cajón pero es cierto. Como familia e individualmente deben de estar sufriendo el reacomodo. Sólo me resta decirte que tengas paciencia, que trates de mantener un equilibrio (por salud mental y física) y que no eches en saco roto esos cambios que vivieron allá. Sin duda, verás que están enriquecidos y que esa riqueza será un punto a favor, en alguna vuelta del camino, para las cosas ya no tan gratas de tu vida del lado de acá.
    Un abrazo,
    A.

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