Se llamaba Vicente, tuvo 10 hijos, vivió casi 104 años, sí casi 104 años.
Mis abuelitos paternos tenían un matrimonio como el que todos quisiéramos. Dormían juntos hasta el final. En la mesa siempre conversaban de cosas entretenidas, el uno empezaba una historia el otro la continuaba pero poniéndole gracia al asunto, todas las historias cautivaban y después te hacían reír.
Encontraban lo positivo aún en lo más duro de la vida...
El recuerdo que tengo de mi abuelito es el de estar silvando alguna canción sólo conocida por él, leer el periódico, fumar un tabaco, cuidar sus plantas, escribir a máquina no se qué cosas que la gente del pueblo le pedía.
Después de mis vacaciones en el pueblo, mi abuelito me daba dinero para el viaje... me parecía que me daba taaanto dinero, no entiendo cómo le alcanzaba para todos! era muy generoso siempre.
Mi abuelito tenía unos ojos azules tan dulces, es una de las personas más buenas que he conocido.... estar junto a él te daba paz... vivía en tiempo lento, sereno y con buen humor...
Al final de sus días quedó ciego, casi totalmente sordo pero con su mente igual... extrañaba a su amada, lloraba por su hijo al que no pudo volver a ver y sufría por su hija Lulú de la que cuidó hasta el final.
:(
ResponderEliminarUn ser excepcional, sin duda.
Y poderoso. Con lo que contás, está -aún hoy- más allá del bien y el mal. ¡Qué fortuna haber vivido tantos años de una buena vida! Te mando un abrazo desde acá.
A.
Que lindo debió ser yo no tuve la dicha de pasar mucho tiempo con mi abuelito pero lo único que recuerdo de El es que era muy alto y que el sol resplandecía sobre El no puedo recordar como era El. Solo veo un resplandor hermoso y se que me queria mucho.
ResponderEliminarDonde esten que Dios les bendiga y nos bendiga ya que gracias a ellos estamos en este mundo para disfrutarlo a cada instante.