He pasado muchos días pensando en cómo volver a escribir en este espacio. Después de censurarme mucho, agobiarme y dejarme aplastar por mi cotideanidad, hoy en la madrugada decido hacerlo.
Me han pasado algunas cosas que ahora mismo no me acuerdo, una lástima porque mi memoria es frágil.
Mi día a día se resume en que el hijo mayor ha pasado casi tres meses de vacaciones, que ha crecido tanto, está cambiado y me asusta. Me asusta porque no sé cómo se maneja la situación. Pese a mi, él es un ser puro, "raw", es básico, animal, transparente. Eso no quiere decir que sea fácil para mi manejar algunos momentos, pero me da una paz inmensa saber que tiene su corazón tan íntegro. Estoy al fin poniendo algún orden en su cuarto y caigo en cuenta que él casi no posee bienes materiales, tiene poquísimos juguetes, poquísima ropa. Ahora quiere que le compre un carro a pedales que es precioso, espero poder hacerlo.
La hija está como para comérsela, tiene una motricidad fina que me deja perpleja. Puede dibujar círculos pequeños, agarra el lápiz con una pinza perfecta desde hace meses, puede ensartar pequeñas cuentas y hacer un collar, puede pelar un huevo duro. Me dice cuando tiene hambre, o sed o sueño, o quiere que le lea un cuento o ver el vídeo de "coco guagua" en el you tube. Esto es nuevo para mi porque el Bernardo nunca comunicaba estas necesidades. Elige la ropa para ponerse, los zapatos y aunque no habla tan perfecto como hacía el Bernardo (ahora me doy cuenta lo increíble del desarrollo del lenguaje que ha tenido mi hijo INCREÍBLE) ella me hace entender exactamente lo que quiere..... y es TERRIBLEMENTE GOLOSA! preocupantemente golosa diría yo!
Yo estoy en el limbo.
Tengo la necesidad de tener dinero extra, pero quiero satisfacer algunos deseos frustrados egoístas súper personales, poco prácticos y poco productivos.
Me compré un horno eléctrico fabuloso, lo hemos disfrutado mucho.
He leído poquísimo, he visto muchas series en la computadora, he procrastinado impulsivamente, abusivamente, vergonzosamente. Pero estoy volviendo a la acción. Septiembre asústate que aquí vengo.
¡Qué rico, qué emocionante, qué dulce, que hermoso leerte! La vida pasa casi sin darnos cuenta, con memorias frágiles como la tuya (que a mí también me acompaña y a veces hasta me cuesta)... pero sensibles (indudablemente) a ese ir y venir maravilloso de la cotidianidad. No importa si no te acuerdas de lo que ha pasado, si lo has disfrutado eso ya basta. Déjalo ir para continuar gozando cada nuevo instante. Mándale besitos y abrazos al B. y a la C. Y otros más para ti.
ResponderEliminar;9
A.
Hola,
ResponderEliminarTe he dejado un premio en mi blog.
http://aprendiendoaser.wordpress.com/2011/09/01/nos-llego-premio-blogero/
Abrazos!